Un estudio calcula que 33 patógenos habituales estaban detrás de uno de cada ocho decesos en 2019. Estos cuadros infecciosos fueron uno de los principales motivos de defunción global, solo por detrás de las cardiopatías isquémicas

Fuente:El País , artículo escrito por Jessica Mouzo

Un investigador analiza una muestra de 'Escherichia coli'
Un investigador analiza una muestra de ‘Escherichia coli’PICTURE ALLIANCE (GETTY) 

No hay enemigo pequeño. Con apenas 1,5 micrómetros de tamaño, mil veces menos de un milímetro, el Staphylococcus aureus es capaz de secretar toxinas que generan intoxicaciones alimentarias o de provocar infecciones internas que matan a una persona. O a cientos de miles. Esta bacteria, que al microscopio se manifiesta como una especie de racimo de uvas dorado, está detrás de más de un millón de fallecimientos en el mundo y conforma, junto a otros 32 patógenos bacterianos, la segunda causa de muerte global, solo por detrás de las cardiopatías isquémicas. Así lo apunta un estudio internacional publicado el lunes en la prestigiosa revista The Lancet, que calcula que 7,7 millones de muertes en 2019 estaban asociadas a infecciones bacterianas comunes.

Están por todas partes: en la comida, en las superficies, en el cuerpo de un animal, en el intestino de alguien o en el agua de un grifo. Son bacterias comunes, a veces inocuas y, en otras ocasiones, sospechosas habituales de los servicios de microbiología de los centros sanitarios: el Staphylococcus aureus, la Escherichia Coli (E. Coli) o la Klebsiella pneumoniae; también el Streptococcus pneumoniae, las Pseudomonas aeruginosas, el Enterobacter o la Serratia, entre otras. Todas ellas y otra veintena más son bacterias que pueden acabar produciendo graves infecciones que lleven, por ejemplo, a una sepsis (una respuesta descontrolada del sistema inmune ante una infección) y causen la muerte del paciente. Según los autores del estudio, estos 33 patógenos bacterianos analizados están detrás de una de cada ocho muertes en el mundo. “Son una fuente sustancial de pérdida de salud en el ámbito mundial”, concluyen los investigadores. Y todo ello, sin contar la bacteria que provoca la tuberculosis (Mycobacterium tuberculosis), que no ha entrado en este cómputo y también provocó, en 2019, 1,4 millones de muertes.