Comunicado publicado en Organización Mundial de la Salud

Abuso de antibióticos por pandemia aumentará muertes, dice OMS

Ginebra— Hoy en día un número sin precedentes de países vigila el fenómeno de resistencia a los antibióticos y proporciona información conexa, lo que constituye un avance fundamental en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos en todo el mundo. No obstante, la información que han facilitado apunta a que en un número preocupante de bacterias patógenas cada vez se observa más resistencia a los fármacos que se utilizan para eliminarlas.

«Conforme hemos recopilado más datos científicos, nos hemos percatado con mayor claridad y con creciente preocupación de la velocidad a la que antibióticos fundamentales están dejando de ser eficaces en todo el mundo», apuntó el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Los datos resaltan la importancia que tiene cuidar los antibióticos con los que contamos, desarrollar nuevos fármacos que nos permitan tratar eficazmente las infecciones, resguardar los avances en materia de salud que conseguimos en el siglo anterior y velar por la consecución de un futuro más seguro».

Desde que en 2018 la OMS publicó el informe del Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia y el Uso de los Antibióticos (GLASS), la participación en la iniciativa ha aumentado exponencialmente. A solo tres años de su creación, el sistema ya cuenta con información proveniente de más de 64 000 sitios de vigilancia y más de 2 millones de pacientes reclutados en 66 países de todo el mundo. En 2018, el número total de sitios de vigilancia ascendía a tan solo 729 en 22 países.

Además, como parte de las actividades de seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, más países aportan información relativa al índice para cuantificar la resistencia a los antibióticos que se aprobó recientemente. «El considerable aumento en el número de los países, los centros y los pacientes que abarca el nuevo sistema de vigilancia de resistencia a los antimicrobianos nos pone en una mejor posición para analizar la amenaza emergente para la salud pública que supone la resistencia a los antibióticos», señaló la Dra. Hanan Balkhy, Subdirectora General de la OMS para la Resistencia a los Antimicrobianos.

Las elevadas tasas de resistencia a los antimicrobianos que habitualmente se utilizan para tratar infecciones frecuentes, tales como las infecciones urinarias y algunos tipos de diarrea, ponen de relieve que el mundo está quedándose sin mecanismos eficaces para lidiar con esas enfermedades. Por ejemplo, la tasa de resistencia al ciprofloxacino, un antibiótico que se utiliza habitualmente para tratar las infecciones urinarias, osciló entre el 8,4 % y el 92,9 % en 33 de los países que aportaron información.

A la OMS le preocupa que este curso de acontecimientos empeore aún más debido al uso inadecuado de antibióticos en el transcurso de la pandemia de COVID-19. Los datos científicos apuntan a que solo una pequeña fracción de los pacientes que presentan esta enfermedad requieren antibióticos para tratar infecciones bacterianas posteriores, y la Organización ha publicado orientaciones en las que desaconseja la administración de tratamiento y profilaxis antibióticos a los pacientes con COVID-19 leve o a los pacientes en los que se sospeche o se haya confirmado que presentan COVID-19 moderada, salvo que existan indicaciones clínicas para hacerlo.

En palabras de la Dra. Balkhy: «Estamos convencidos de que la orientación clara que hemos ofrecido en relación con el uso de antibióticos durante la pandemia de COVID-19 contribuirá a respaldar los esfuerzos que hacen los países para luchar de manera eficaz contra esta enfermedad y prevenir la aparición y el aumento de la resistencia a los antimicrobianos en el contexto de la pandemia».

A la OMS le sigue preocupando la disminución de las inversiones (incluidas las del sector privado) y la falta de innovación en el desarrollo de nuevos antibióticos, dos factores que han socavado los esfuerzos que se realizan para luchar contra las infecciones causadas por microbios farmacorresistentes.

«Debemos reforzar la cooperación y las alianzas en todo el mundo, incluidas las que se celebran entre los sectores público y privado, a fin de otorgar incentivos financieros y no financieros para el desarrollo de antibióticos nuevos e innovadores», añadió la Dra. Balkhy.

En aras de impulsar estas labores, la OMS ha publicado dos documentos en los que figuran perfiles objetivo de producto que tienen por objeto orientar el desarrollo de nuevos fármacos que permitan tratar las cepas resistentes de bacterias que causan infecciones frecuentes y un modelo económico que permite hacer simulaciones de los costos, los riesgos y los hipotéticos beneficios de invertir en el desarrollo de antimicrobianos.